La danza urbana, con su energía vibrante y ritmos contagiosos, se convierte en una manifestación artística que reta la gravedad y desafía el espacio. La fotografía, en su intento de capturar estos momentos fugaces, se enfrenta a la ardua tarea de transmitir la esencia de este movimiento efímero. Es una lucha entre lo perpetuo y lo pasajero, donde cada salto y giro representa un desafío tanto para el bailarín como para el fotógrafo. La técnica correcta y el ojo entrenado pueden congelar una secu...
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